INTRO
Ubicadas en Laguardia (Rioja Alavesa), las bodegas Ysios son un ejemplo de la tansformación que han experimentado las bodegas de vinos en los últimos años. Nuevos edificios diseñados por arquitectos mediáticos que aseguran la presencia de las bodegas en los medios y la visita de muchos turistas. En este caso el diseñador es el arquitecto valenciano Santiago Calatrava.
Se trata de un edificio alargado, de casi 200 metros de longitud, definido por dos muros de hormigón armado separados 26 metros entre sí que dibujan una planta serpenteante y que soportan una cubierta ondulada que forma una superficie reglada con zonas cóncavas y zonas convexas. La superficie aproximada que abarca el edificio en planta es de 8.000m2.
ANALISIS
Los muros de hormigón están recubiertos en su cara exterior con lamas de madera, lo cual aporta calidez al edificio y ayuda a su integración con los viñedos del entorno. La cubierta está formada por vigas de madera laminada apoyadas sobre los dos muros de hormigón y su acabado exterior es en aluminio, material que aporta ligereza al edificio.
Un recurso habitual en Calatrava que también se presenta en este edificio es la disposición de una lámina agua en la fachada de acceso a las visitas. En función de las condiciones climatológicas (sobre todo sol y viento), se generan distintos juegos de reflejos y la mera presencia del agua aporta serenidad al edificio.
Caminando junto al estanque de agua y siguiendo las serpenteantes fachadas, la ondulación de la cubierta en la parte central del edificio se hace más acusada y con más voladizo para marcar la entrada al mismo y para recibir al visitante.
Según se explica en la visita guiada a las bodegas, el arquitecto se inspiró en la forma de las montañas de la sierra de Cantabria, en cuyas faldas se ubica el edificio, para dotar de esa forma ondulada a la cubierta del edificio. Realmente da la impresión de ser así, y dicha intención queda bien reflejada en el edificio, ayudando de esta manera a la integración de éste en el entorno.
Otra explicación o “metáfora arquitectónica” en relación al motivo u origen de la forma del edificio argumenta que las lamas exteriores de madera emulan barricas de vino apiladas y que el reflejo del agua y la cubierta de aluminio hacen “levitar” dichas barricas. Sin duda me quedo con la primera “metáfora” por resultar mucho más creíble.
El interior de las bodegas es totalmente funcional, con el circuito de trabajo de la uva claramente definido (la uva entra por un lateral del edificio y las botellas salen por el extremo opuesto), con un espacio de recepción comedido y una sala de catas con vistas a la sala de barricas, a los viñedos, y a la cercana Laguardia.
CALATRAVA VS. “EL ENTORNO”
Recupero en este punto el primer post que publiqué en Julio de 2010, en el que citaba un texto de Alberto Campo Baeza en su libro LA IDEA CONSTRUIDA:
"Las IDEAS que dan origen a la arquitectura son conceptos complejos. La COMPLEJIDAD en la arquitectura es propia de la IDEA. IDEA que aparece como síntesis de los factores concretos que concurren en el complejo hecho arquitectónico: CONTEXTO, FUNCIÓN, COMPOSICIÓN Y CONSTRUCCIÓN".
Uno de los conceptos que concurren en el complejo hecho arquitectónico es el CONTEXTO. Si no me equivoco esta es la única o una de las pocas ocasiones en las que sí tiene en cuenta en contexto, el ENTORNO, para fijándose en él y dejándose influenciar por su esencia generar un edificio acorde y respetuoso con dicho entorno.
De ahí que haya que darle mérito a este edificio, ya que lo ha hecho Calatrava y no con el lenguaje al que nos tiene acostumbrados. He aquí mi definición rápida y malintencionada de la arquitectura de Calatrava:
Edificios grandes, edificios de hormigón blanco, alardes estructurales (sea puente o edificio), edificios de presupuesto elevado que se multiplica durante la obra, edificios rodeados de agua, edificios de dudosa funcionalidad (mención especial para el puente zubizuri de Bilbao).
Siguiendo con “metáforas maliciosas”, las obras de Calatrava podrían asemejarse al enano que aparecía en la película Amelie, las ciudades en las que se fotografiaba eran todas diferentes, pero el enano era siempre el mismo.
Si Disney creó una ciudad de ensueño (tres realemnte) entorno a sus dibujitos animados, por qué no iban a hacerlo los productores de grandes vinos...
ResponderEliminarDe interés cultural a interés turístico. Está bien. La pregunta es si ponen txuleta recia para acompañar los caldos???