Estos días podemos ver publicada una petición de firmas en la plataforma change.org para solicitar a la administración pública la restitución del aspecto original del edificio del náutico de San Sebastián. El detonante es la actuación que se está desarrollando en la actualidad sobre la fachada sur del edificio, ya que se está acondicionando para la reapertura de la discoteca ubicada en la planta superior.
En la solicitud de change.org se hace referencia a las múltiples intervenciones que ha sufrido el edificio a lo largo de su historia, y en el caso de hoy en día a la instalación de una plataforma elevadora y unas nuevas barandillas de vidrio, siendo eliminadas las anteriores de hierro pintado o de hierro y cuerda. También se denuncia que se ha añadido "un desgraciado e inarmónico pórtico de madera en el acceso a dicha discoteca".
Tanto en este caso como en mucho otros edificios protegidos, se plantea un claro conflicto entre la aplicación de las normativas de accesibilidad (CTE DB-SUA y Decreto de Accesibilidad del Gobierno Vasco) y los parámetros establecidos para la protección de monumentos históricos o edificios protegidos. Es de suponer que los proyectistas de la obra de reforma de la discoteca habrán transitado entre dos tierras tratando de cumplir con las exigencias de las diferentes administraciones, tanto en materia de accesibilidad como en materia de protección del patrimonio. Se entiende que los proyectistas proponen una o varias soluciones y es la administración la que finalmente tiene la última palabra. Habrá seguramente otros casos en los que el proceso se estanque y la actividad del edificio en cuestión pueda quedar paralizada durante un largo periodo de tiempo.
Si fuéramos a posiciones extremas, tendríamos que decantarnos entre cumplir con la accesibilidad o cumplir con la protección del monumento. Si se cumple con la normativa actual de accesibilidad siempre será necesario modificar la imagen del edificio para poder acceder al mismo. Si no se alterase lo preexistente, el aspecto del náutico podría asemejarse al que tenía con la anterior discoteca, tal y como se puede observar en la siguiente imagen.
La solicitud de change.org hace referencia a la pasividad de las administraciones ante esta situación, y ante ésta propone la restitución en concreto de la parte sur del edificio, y la restitución del edificio en su configuración original.
En mi opinión no hay pasividad por parte de las administraciones, en la medida en que han otorgado una licencia de obra, para lo cual están obligados a controlar y verificar el cumplimiento de la normativa vigente. La pasividad habría sido permitir que se hiciera cualquier tipo de obra sin ningún control ni licencia de obra alguna. La administración sí ha tenido un criterio para gestionar esta situación. Puede que ese criterio sea discutido (por parte de cualquiera) o discutible, pero está claro que pretende que se cumpla con la accesibilidad y al mismo tiempo que las soluciones o alternativas propuestas por los proyectistas (barandillas de vidrio, suelos de madera, plataforma elevadora, etc.) sean suficientemente respetuosas con el monumento. A partir de ahí, cada cual es libre de tener sus propios gustos o de ver herida su sensibilidad con mayor o menor facilidad.
Personalmente, y siendo desconocedor de los entresijos del proyecto y de las dificultades reales que se han planteado en el proceso, me parece una buena actuación, que consigue solventar el cumplimiento de la normativa de accesibilidad (plataforma y barandillas) de la manera más liviana posible, con un aire moderno (y no hortera) que, si se quiere, "desvirtúa" lo menos posible o permite mantener la imagen y personalidad del edificio existente. Entiendo que si las cosas están bien hechas no hay que tener miedo. El problema es distinguir qué está bien hecho y qué no, y tratar de analizar todas las circunstancias que confluyen en una actuación arquitectónica. Mención aparte para la pérgola de madera, que aún no disgustándome, entiendo que podría haber sido prescindible. Por otra parte, es de agradecer agradecer que en la presente intervención se han recuperado las carpinterías con la configuración original del edificio.
Tal y como se indicaba anteriormente, la solicitud de change.org hace extensible la reclamación de restitución de la configuración original a la totalidad del edificio. Aunque parece muy improbable que esto pueda suceder, sí que dota de coherencia en mi opinión a la solicitud, dado que el edificio ha sufrido muchas alteraciones a lo largo de su historia. Hay que tener en cuenta que el club náutico nació en 1896, y que el magnífico edificio de Aizpurua y Labayen se levantó en 1929 sobre un antiguo edificio ya existente. Además de sufrir modificaciones en su distribución y sus materiales de interiores y terraza cubierta de planta baja, la terraza de la planta superior fue cerrada y ganada como parte del edificio. Entonces, ¿Debería haber obligado la administración a eliminar la mitad de la superficie de la discoteca para recuperar la terraza en la parte superior? ¿Sabe la gente que se queja realmente cuál es la configuración original del edificio? ¿Hasta dónde habría que llegar para restituir la configuración original? ¿Debería haber algún comité de expertos externos a las administraciones controlando este tipo de situaciones? ¿Creemos que la administración quiere asumir algún tipo de responsabilidad en estos casos? ¿Deberíamos quizá dejar actuar al sentido común?
Edificio de Aizpurua y Labayen con terraza en planta alta
Modificación con la terraza de planta superior cerrada
Edificio original sobre el que se construyó el edificio de Aizpurua y Labayen
Fotografías actuales propias y fotografías de archivo extraídas de:
- San Sebastián desaparecida (Mariona Tella) es-es.facebook.com/SanSebastianDesaparecida
- Real Club Náutico de San Sebastián www.rcnss.com
- Instituto geográfico vasco www.ingeba.org